Version R Santandreu (Sujet Ecricome 2012 LV2)

Quejarse es la mejor forma de arruinar una relación

La mayor parte de los trastornos emocionales (depresión, ansiedad, estrés…) son el resultado de esa tendencia a calificar de terribles cosas que no lo son. Los seres humanos tenemos unas 20.000 pequeñas adversidades a lo largo de la vida (te tuerces el tobillo, pierdes las llaves, te roban…). O aceptas la realidad y dejas de exigirle a la vida, o te conviertes en un cascarrabias [1]. Imaginarse muerto es una buena medida preventiva de las ansiedades cotidianas. Dígame, en esta vida tan corta y de la que desconocemos su sentido, ¿es tan importante esta desgracia que le está ocurriendo? Hay que ser realista, con eso basta. Estamos llenos de creencias irracionales del tipo: «Si me despiden, es el acabose». El «debo hacerlo todo bien», «deberían tratarme con consideración y justicia» y «las cosas me deben ser favorables» son exigencias infantiles. La persona madura es la que no exige, sino que prefiere: «Me gustaría hacerlo todo bien, pero no lo necesito para disfrutar del día». No es cierto que para ser felices necesitemos amor sentimental, éxito, hijos, no tener problemas… Si mantenemos estos deseos en los límites, nuestra mente estará sana. La clave de las buenas relaciones es pedir a cada cual lo que puede dar. Aceptar incondicionalmente a los demás es la manera de aceptarnos del mismo modo a nosotros mismos.

[1] Grincheux

Rafael Santandreu, La Vanguardia, 20 de septiembre de 2011