De compras por Madrid (CE-B1)
En mi barrio, que es Carabanchel, hay de todo, hay una cárcel, autobuses, niños, presos, madres, drogadictos y panaderías, pero no hay cuernos para las trencas; así que mi abuelo Nicolás y yo cogimos el metro para ir al centro.
Tenemos mucha suerte en el metro porque, aunque vaya muy lleno , mi abuelo y yo juntos damos mucha pena , y siempre nos dejan el sitio. Mi abuelo da pena porque es viejo . A lo mejor yo doy pena porque llevo gafas .
Cuando la gente nos deja el sitio nos vemos en la obligación de poner cara de pobres desgraciados , porque si, por ejemplo, te dejan el sitio y vas y te sientas y te partes de risa inmediatamente la gente se mosquea . Asi que mi abuelo y yo siempre entramos en el metro como hechos polvo y siempre nos da resultado.
Mi madre nos había mandado a Pontejos, que es una tienda que hay en la Puerta del Sol, donde van todas las madres del mundo mundial a comprar botones , las cremalleras y cuernos.
Nos pasamos una hora delante del mostrador porque mi abuelo dejaba a todas las señoras que se coloran . Después de estar allí una hora , de que mi abuelo hablara con unas y otras , yo me tumbé en el mostrador porque estaba muy cansado de estar de pie y el dependiente se empenó en despacharnos .
Cuando tuvimos el cuerno en nuestro poder , dijo mi abuelo :
– Ya hemos cumplido con nuestras obligaciones, ahora vamos a darnos un garbeo por la gran vía, Manolito.
Elvira Lindo, Manolito Gafotas, 1994.