Version M. Torres (Sujet ELVi LV2 2002)

– Si yo fuera tú – la joven clavó en ella su mirada perspicaz -, no me preocuparía por Alex. Que no lo entiendas no significa que no podáis convivir con armonía.
– Va como un cerdo.
– No es verdad. Va como cualquier chico de su edad. Por chocante que te parezca, así es como grita a los demás que él también existe. Todos lo hacemos, cada cual a nuestra manera. Mírame a mí. Puede que, como dice mi madre, me vista de cenizo, pero ella y el resto del mundo no tienen más remedio que aguantarme. Como yo la aguanto a ella, y al resto del mundo.

– Ya que lo dices – comentó -, un poco rarita sí que te ves.
– El día que te atrevas, me enseñas una foto de cuando tenías mi edad y veremos cuál de las dos resulta más estrafalaria – replicó Judit.
Regina soltó su primera carcajada sincera de las últimas semanas.
– Ni loca. Me perderías el respeto.
Pensó que algún día le resultaría divertido enseñarle sus fotos de los setenta, de cuando iba medio vestida de hippy, con el pelo rizado estilo afro y calcomanías de purpurina en los pómulos.

Maruja Torres, Mientras vivimos, 2006